Pues si ya acabé esta bella y delicada labor de Hardanger.
Qué pena no haberlo hecho todo de un tirón y haber disfrutado durante mucho tiempo este trabajo que ha quedado más bonito de lo que esperaba. El Sal en su origen estaba destinado para un cojín, aunque yo lo he dejado para un pequeño tapete.
Me quedaban dos volantes por hacer y pasito a paso he acabado antes de lo que yo esperaba. Teniendo en cuenta de que no me acordaba nada de nada de como bordar esos puntos, pero con los apuntes que tan bien nos pasó Mamen de Carparcar en el Sal no he tenido mucho problema en retomar los bordados.
Hechos lo volantes, el siguiente paso era hacer eyelets, para a continuación cortar los hilos para realizar los siguientes puntos.
Con las barras y ojos de paloma terminé todos los bordados. Sólo quedaba recortar todo el volante con sumo cuidado, pero antes había que darle un pequeño remojo para quitarle todo lo que el tiempo había dejado marcado en hilos y tela.
Hay quién se ha adueñado del tapete y dice que en el mueble de la radio antigua de su tía queda de maravilla.
perlitas, lagrimas y unos corazones de swarovski que tenía comprados desde que inicié este proyecto, le han dado el toque final.
Podría seguir diciendo cosas bonitas sobre este trabajo, ya que no se me han acabado las calificaciones para definir este proyecto, pero mejor no ser pesada y dejarlo con una última imagen como broche final.