Ya estamos en fase de desescalada y hoy quería mostrar un poquito de naturaleza, fruto de lo que han percibido mis ojos en estos dos paseos que hemos hecho todos, desde el pasado día 2, pero tengo sentimientos encontrados.
Uno de ellos, es de alegría al poder salir y respirar aire puro mientras camino.El poder salir a pasear, aunque sea por horarios, quiere decir que todo va mejor, aunque debemos de seguir teniendo mucha precaución en relación con los demás y, el otro es de enfado por el comportamiento de la gente. No se respetan los horarios, hay padres (padre y madre) con bebés y niños al mismo tiempo que la gente que tenemos problemas de riesgo y mayores. Así como gente de todas las edades. Guantes tirados por la calle y portales, etc, tc.
Todo el mundo decía que esto iba a cambiar nuestra forma de ser, ibamos a ser más solidarios y no tan egoístas. Yo siempre dije que no, cuando se acabara la situación, todo seguiría igual. Lo comparaba como en Navidad, en esas fechas todo el mundo es cariñoso, afectuoso, tolerante, comprensivo, pero pasados esos días ya se vuelve a la "normalidad".
Es lo que he percibido estos dos días que he salido.
Soltada toda esta decepción que tengo del ser humano, porque según se puede ver en la tele, no solo se circunscribe a España, Madrid, Móstoles, que es dónde vivo, sino que es un comportamiento en todo el mundo, en fin, es otra pandemia.
Así que me voy a enfocar en lo bella que es la naturaleza, y cómo se ha ido recuperando poco a poco en la época que hemos estado confinados.
Detrás de la urbanización tenemos jardines que delimitan, junto con una carretera de circunvalación, los campos que en esta época están sembrados de cereales.
Este año me he perdido la primavera en mi jardín. Allí estarán todas las plantas en plena floración, sólas, sin que nadie las pueda observar. Por eso me hizo mucha ilusión ver lo florido que estaba el parque.
Aunque entre los arbustos se veían las plantas silvestres, por cierto también muy bonitas, como consecuencia de que los jardineros no han trabajado .
Se nota como la gente no ha paseado por las aceras, se puede observar como han brotado las hierbas entre éstas y la calzada.
Y cruzando precisamente esa carretera, ya huele a campo.
Las amapolas son mis silvestres preferidas.
Ayer pensaba coger un ramillete, pero desistí en la idea de hacerlo. Las amapolas se les caen los pétalos rápidamente, aparte de que su sabia mancha muchísimo, así que mejor dejarlas ahí.
Esta tarde volveré a dar otro paseo, aunque mañana me levante , otra vez, que no me pueda mover.